NFL.
El Equipo A pone 11 jugadores en la ofensiva con el objetivo de atravesar el campo, corriendo con el balón o lanzándolo, hasta la zona de gol contraria. A él se le oponen 11 jugadores rivales del Equipo B, la defensiva, que intentan detenerlos. Si logran pararlos o si el Equipo A marca, se cambian los roles: el Equipo A pasa a defender y el Equipo B toma el control del balón y pasa a la ofensiva.
Para mantenerse y avanzar en el campo, el equipo en la ofensiva tiene que conseguir al menos 10 yardas, y para eso tiene cuatro oportunidades (que en la NFL se conocen como downs). Si no logra ese objetivo, desde el punto de máximo avance de la pelota toma control el equipo contrario. Por eso es que en la cuarta oportunidad la mayoría de las veces los equipos optan por despejar la pelota con una patada, para enviarla lo más lejos posible de su campo.